Ovíllame en la riada de tus besos,
el asfalto sedoso de mi piel ardiente,
riela con tu saliva la pasión hirvente
para abrirme la espiral de mi anhelo.
Anúdame a la arteria de tus jadeos,
gime la plegaria por mi tacto indecente,
arrastrando las cadenas a mi vientre
rompiendo los amarres de sus frenos.
Poseeme mordiente cada tramo de vid,
inmaculada, blanqueada de tu vida,
lúcida y delirante vibrando la batida
en las formas susurrantes del sentir.
Supúrame en cada espasmo fluido,
pétalos de versos que quemen mi talle
diluyéndome en la fiebre de tus calles
y en el espacio donde abogan tus latidos.
el asfalto sedoso de mi piel ardiente,
riela con tu saliva la pasión hirvente
para abrirme la espiral de mi anhelo.
Anúdame a la arteria de tus jadeos,
gime la plegaria por mi tacto indecente,
arrastrando las cadenas a mi vientre
rompiendo los amarres de sus frenos.
Poseeme mordiente cada tramo de vid,
inmaculada, blanqueada de tu vida,
lúcida y delirante vibrando la batida
en las formas susurrantes del sentir.
Supúrame en cada espasmo fluido,
pétalos de versos que quemen mi talle
diluyéndome en la fiebre de tus calles
y en el espacio donde abogan tus latidos.
M.Salguero
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